Probablemente la escuela sea uno de los ámbitos de nuestra sociedad donde las relaciones entre los dos sexos se establecen de manera más igualitaria.
Los niños y las niñas llegan a la escuela en igualdad de condiciones y es aquí donde reside nuestro trabajo en conseguir que ambos sexos, cada uno con sus diferencias, vean respetados sus derechos por igual.
Observamos la necesidad de una educación integral de las personas mediante la adquisición de un conjunto de capacidades básicas, y no solo de tipo cognitivo, sino también lúdicas y emotivas.
Tomemos el juego como la actividad preferida por los niños y niñas, este les permite de forma libre y espontánea adquirir aprendizajes.
A través del juego, exploran, construyen y conocen el mundo que les rodea. Por tanto pensamos que los juegos populares poseen gran riqueza pedagógica, estimulan capacidades y actitudes en torno a la cooperación, solidaridad, afán de superación, curiosidad, respeto y compañerismo, además de generar nuevos espacios de integración y esparcimiento.